Ni
aún permaneciendo sentado junto al fuego de su hogar puede el hombre
escapar a la sentencia de su destino (Esquilo, dramaturgo
griego, 525-456 a. C.).
Cada
cual se fabrica su destino; no tiene aquí parte alguna la fortuna
(Miguel de Cervantes Saavedra, escritor español, 1547-1616).
Nuestro
destino no está escrito en las estrellas, sino en nosotros mismos
(William Shakespeare, poeta inglés, 1564-1616).
A
menudo encontramos nuestro destino por los caminos que tomamos para
evitarlos (Jean
de la Fontaine, escritor francés, 1621-1695).
¡Actúa
en vez de suplicar. Sacrifícate sin esperanza de gloria ni
recompensa! Si quieres conocer los milagros, hazlos tú antes, sólo
así podrá cumplirse tu peculiar destino (Ludwig van Beethoven,
compositor alemán, 1770-1827).
Luchar
contra nuestro destino sería un combate como el del manojo de
espigas que quisiera resistirse a la hoz (Lord Byron, poeta inglés,
1788-1824).
El
destino mezcla las cartas, y nosotros las jugamos (Arthur
Schopenhauer, filósofo alemán, 1788-1860).
El
fuerte hace su destino; el débil sufre el que le impone la suerte
(Alfred de Vigny, poeta francés, 1797-1863).
El
destino se ríe de las probabilidades (Edward George Bulwer-Lytton,
escritor inglés, 1803-1873).
Llamamos
destino a todo cuanto limita nuestro poder (Ralph Waldo Emerson,
poeta estadounidense, 1803-1882).
El
hombre sensato cree en el destino; el voluble, en el azar (Benjamin
Disraeli, político inglés, 1804-1881).
Tendremos
el destino que nos hayamos merecido (Albert Einstein, físico alemán,
1879-1955).
Soy
el amo de mi destino, soy el capitán de mi alma (Nelson Rolihlahla
Mandela, político sudafricano,
1918-
).
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