Mujer


Elige una mujer de la cual puedas decir: “Hubiera podido buscarla más bella, pero no mejor” (Pitágoras, filósofo griego, 582-500 a. C.).

La mujer del Cesar no sólo debe ser honrada, sino parecerlo (Plutarco, biógrafo griego, 46-125).

Si hay debajo de la luna cosa que merezca ser estimada y apreciada, es la mujer buena y en comparación de ella el sol mismo no luce y son oscuras las estrellas (Fray Luis de León, poeta español, 1527-1591).

Es la mujer del hombre lo más bueno (Felix Lope de Vega y Carpio, escritor español, 1562-1635).

El oro es como las mujeres, que todos dicen mal de ellas y todos las desean (Felix Lope de Vega y Carpio, escritor español, 1562-1635).

La mujer es un manjar digno de dioses, cuando no lo cocinan los demonios (William Shakespeare, poeta inglés, 1564-1616).

No hables mal de las mujeres: la más humilde te digo que es digna de estimación porque, al fin, de ellas nacimos (Pedro Calderón de la Barca, dramaturgo español, 1600-1681).

Todo cuanto ha sido escrito por los hombres acerca de las mujeres debe considerarse sospechoso, pues ellos son juez y parte a la vez (Francois Poulain de la Barre, escritor francés, 1647-1723).

Hombres necios que acusáis a la mujer, sin razón, sin ver que sois la ocasión de lo mismo que culpáis (Sor Juana Inés de la Cruz, poeta mexicana, 1651-1695).

Cuando una mujer es fiel, la admiramos; pero hay mujeres más modestas que no tiene la vanidad de querer ser admiradas (Pierre Carlet de Chamblain de Marivaux, dramaturgo francés, 1688-1763).

No hay que elegir por esposa sino a la mujer que uno elegiría por amigo si fuera hombre (Joseph Joubert, ensayista francés, 1754-1824).

Todo es secundario cuando una mujer ocupa nuestro corazón (Horatio Nelson, almirante británico, 1758-1805).

Una mujer hermosa agrada a la vista, una mujer buena agrada al corazón; la primera es una joya, la segunda un tesoro (Napoleón Bonaparte, emperador francés, 1769-1821).

Las batallas contra las mujeres son las únicas que se ganan huyendo (Napoleón Bonaparte, emperador francés, 1769-1821).

Admitir a las mujeres en perfecta igualdad, sería la señal más segura de civilización y duplicaría las fuerzas intelectuales del genero humano (Stendhal, seudónimo de Marie Henri Beyle, novelista francés, 1783-1842).

La mujer es como una buena taza de café: la primera vez que se toma, no deja dormir (Alexandre Dumas, padre, escritor francés, 1802-1870).

En ningún momento he dudado que las mujeres son tontas, al fin y al cabo el todopoderoso las creo a imagen y semejanza del hombre (George Eliot, seudónimo de Marian Evans, novelista inglesa, 1819-1880).

El que ha conocido sólo a su mujer y la ha amado, sabe más de mujeres que el que ha conocido mil (León Tolstói, novelista ruso, 1828-1910).

La mayoría de las mujeres se empeñan en cambiar a un hombre, y cuando lo han conseguido ya no les gusta (Mark Twain, seudónimo de Samuel Langhorne Clemens, escritor estadounidense, 1835-1910).

Incluso la mujer más dulce tiene un sabor amargo (Friedrich Nietzsche, filósofo alemán, 1844-1900).

La mujer perfecta es un tipo humano superior al varón perfecto, pero también es un ejemplar mucho más raro (Friedrich Nietzsche, filósofo alemán, 1844-1900).

La gran pregunta que nunca ha sido contestada y a la cual todavía no he podido responder, a pesar de mis treinta años de investigación del alma femenina, es: ¿qué quiere una mujer? (Sigmund Freud, neurólogo austriaco, 1856-1939).

La mujer es el verdadero principio de continuidad de un pueblo, el arca de sus más preciadas y más profundas tradiciones (Miguel de Unamuno, filósofo español, 1864-1936).

Las mujeres deberían tener más derechos que los hombres, porque también tienen más deberes para con la naturaleza (Pío Baroja, novelista español, 1872-1956).

Si el hombre supone lo fuerte y la mujer lo delicado, es lógico y natural que la mujer exalte lo fuerte y lo delicado el hombre (Juan Ramón Jiménez, poeta español, 1881-1958).

Los hombres que no perdonan a las mujeres sus pequeños defectos jamás disfrutarán de sus grandes virtudes (Kahlil Gibran, poeta libanés, 1883-1931).

Lo que defiende a las mujeres es que piensan que todos los hombres son iguales, mientras que lo que pierde a los hombres es que piensan que todas las mujeres son diferentes (Ramón Gómez de la Serna, periodista español, 1888-1963).

El problema de la mujer, siempre ha sido un problema de hombres (Simone de Beauvoir, novelista francesa, 1908-1986).

Creo que las mujeres sostienen el mundo en vilo, para que no se desbarate mientras los hombres tratan de empujar la historia. Al final, uno se pregunta cuál de las dos cosas será la menos sensata (Gabriel García Márquez, escritor colombiano, 1928- ).

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